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Para la inmensa mayoría de pueblos y ciudades de toda Andalucía la principal manifestación popular de los mismos es la Semana Santa, celebración ésta por antonomasia con la que se expresan como cuerpo social y constituyendo en muchas localidades una de sus características mas genuinas con participación de toda su gente. La conmemoración de la Semana Santa en los pueblos andaluces tiene una gran importancia y representa un gran acontecimiento festivo, sin perder nunca, evidentemente, sus elementos de expresión religiosos, aunque éstos vayan acompañados ineludiblemente por vertientes paralelas ligadas a la cultura y a la historia, sirviendo en muchos de los pueblos como la seña de identidad más genuina de ellos. Cada pueblo, cada ciudad del orbe católico en general y de Andalucía en particular enmarca la Semana Santa dentro de su propia personalidad, estética y características, personalizándola al mismo tiempo con sus costumbres y tradiciones, con su cultura y sus formas. La Semana Santa supone, por otra parte, el reencuentro con los orígenes, con las raíces, tanto personales como colectivas. Supone un reencuentro con sentimientos, emociones, formas y vivencias compartidas de generación a generación. |
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Para Puente Genil, en particular, la celebración de la Semana Santa no significa solamente que unas Cofradías realicen unas Estaciones de penitencia los días de Sumo Dolor o contemplar desde un balcón o la acera unos vistosos desfiles procesionales salpicados de colorido, originalidad, plasticidad y música. La Semana Santa para Puente Genil, para los hombres y mujeres pontanenses, es mucho más y va más allá de la mera actitud pasiva y contemplativa. La Semana Santa para Puente Genil es su vida, su alma. Es el sentimiento colectivo de todo un pueblo que vibra por entero todos los días del año bajo el mismo denominador común, representado en su más rica tradición con la que se sienten plenamente identificados. Para Puente Genil no importa tanto la espectacularidad de unos desfiles durante la Semana Santa como su sentimiento interior, su vida en la Cofradía, en la Corporación, alrededor de sus hermanos, en el laborar continuo en torno a los Titulares de su Hermandad o de su Casa-Cuartel. |
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Cristo de la Buena Muerte. Viernes Santo por la noche en calle Don Gonzalo 28 de Marzo de 1997 |
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La Semana Santa de Puente Genil es un crisol donde se funden el arte, la cultura, la historia, el sentimiento, la tradición y el cante de la saeta cuartelera. La Semana Santa de Puente Genil es fuente de vivencias; torrente de emociones; mosaico de religiosidad popular, donde cada pontanés se apiñará junto a su Cristo o su Virgen ya de figura o romano, ya de nazareno o lirio morado, ya de bastonero o costalero, ya de músico o cantor... o sencillamente de penitente. Es una manifestación de religiosidad popular de gran riqueza religiosa, cultural, antropológica, artística y sentimental, pletórica de vivencias que se vienen sucediendo indefectiblemente a lo largo de los años con exquisita fidelidad a unas tradiciones que hunden sus raices varios siglos atrás. El pueblo entero a lo largo del año prepara la Semana Santa con una primorosa dedicación en todo aquello que emprende, ya se trate de ampliaciones, reformas, restauraciones, etc. |
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El pontanés, llegado el Jueves Lardero, una vez se adentra en Cuaresma, convierte la sencilla oración en sentidas saetas que buscan a Cristo o a su Santísima Madre ya en un altar o en un ¨Paso¨, salpicadas a la puerta de una iglesia durante unos ¨Vivas¨ en las salidas o recogidas procesionales, en un Cuartel o llenando las noches de sábados de Cuaresma allá en la cima del Calvario bajo el Pórtico de Jesús. La Semana Santa para el pontanés es sentimiento y emoción, vivencia y tradición, es religiosidad, fervor y devoción, todo a la vez. El pontanés vive y se empapa de su Semana Santa. Ésta le insufla una palpitante vida llena de gozos, alegrías y emociones. Y una vez llegado el lunes de Pascua habrán pasado siete, ocho o nueve días de exteriorización máxima de unos sentimientos, pero no habrá pasado el espíritu semanasantero, ese queda siempre fijo, como grabado a fuego, como tallado en dura roca. Una vez queda Cristo Resucitado en la iglesia del Carmen se vuelve a pensar en las reformas pendientes, en las restauraciones, en el ¨Paso¨, en los Cultos. |
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Iglesia de la Vera-Cruz. 14 de Junio de 1991 Pregón del 50º aniversario de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza. |
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Y en torno a las Imágenes de Cristo y María, en cualquiera de sus advocaciones, fueron fortaleciéndose las Hermandades a lo largo de los tiempos, las mismas que hoy nos transmiten el latido religioso de otras generaciones pretéritas y manteniéndose sólidamente erguidas frente a las rápidas evoluciones de una sociedad en constantes cambios. La Semana Santa ha ido ganando en grandiosidad y esplendor en las últimas décadas gracias a la renovación interna de sus Cofradías y Corporaciones bíblicas, al sentir de una juventud entusiasta y fervorosa que ha sabido sumarse a esta manifestación de religiosidad popular y, cómo no, gracias a todo un pueblo que forma parte del gran Drama de la Pasión ya de nazareno, de figura o de penitente, acercándose hasta Cristo o María ciñéndose de reflexión con una acción de gracias o una plegaria, con una humilde petición o una llaga abierta en lo más profundo de su alma. Son muchos los momentos emotivos que pueden destacarse de la Semana Santa de Puente Genil. Por citar sólo algunos cabe señalar el de la recogida de la Virgen de la Guía mientras suena el ¨Barrabás¨ en esa subida trepidante y multitudinaria de la calle Antonio Baena; la abigarrada salida del Señor de la Humildad y los clásicos ¨Vivas¨ en la tarde del Miércoles Santo; el primer desfile de la corporación del Imperio Romano la tarde del Jueves Santo por la calle Don Gonzalo; las ¨Reverencias¨ a Ntro. Padre Jesús Nazareno el Viernes Santo en la calle Santa Catalina; el desfile de los picoruchos del Apostolado la noche del Viernes Santo; los ¨Vivas¨ y la recogida de la procesión del Viernes Santo noche en el Dulce Nombre. |
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Pero sobre todo la que más cautiva es la salida de Jesús Nazareno al amanecer el Viernes Santo en el momento de la Diana y toda la posterior procesión del Viernes Santo, ya apretados por Santa Catalina, don Gonzalo o calle Aguilar mientras se entrecruzan figuras y romanos entre el olor a incienso y cera y escuchando la marcha ¨Recuerdo¨. La Semana Santa de Puente Genil es la manifestación de devoción popular más prendida y enraizada en su gente, llena de vitalidad, de entusiasmo y de juventud . Cuando en los momentos actuales, tras dos mil años después de Cristo y al inicio del siglo XXI se habla de crisis de valores, de desequilibrios en la fe, de vaivenes en nuestra sociedad... la Semana Santa de todo el orbe católico nos muestra el vigor y la religiosidad popular, la fortaleza del fenómeno religioso, la profundidad de unas raíces y tradiciones, y pretender plantear la celebración de la Semana Santa como una manifestación meramente sociológica, con connotaciones meramente festivas y lúdicas, prescindiendo de su indudable contenido religioso, es querer desvirtuar su profundo sentido catequista que la caracteriza. |
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En la Semana Santa de Puente Genil convergen los elementos esenciales y fundamentales en los que ha de basarse su continuidad: amor, fe, sentimiento, fraternidad, tradición, religiosidad. Las Imágenes que se procesionan por las calles de Puente Genil hablan por si solas de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección del Maestro y del sufrimiento de su Santísima Madre. Basta contemplarlas con mirada profunda y leer en sus ojos, en sus rostros, en las señales del cuerpo de Cristo para comprender que nos hablan de Amor. Las advocaciones son elocuentes: Humildad, Misericordia, Preso, Afligido, Penas, Amargura, Esperanza, Dolores, Consuelo, Angustias, Soledad Y desde mucho antes de llegar la celebración de la Semana Santa, desde antes de comenzar la Cuaresma, las cofradías se preparan con devotos Cultos a sus Excelsos Titulares para realizar las distintas Estaciones de penitencia, como actos públicos en los que expresan la vivencia de la fe en Cristo y María. |
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Durante los Cultos Cuaresmales las iglesias y ermitas se llenarán de cera; de nubes de incienso que elevarán al Cielo multitud de plegarias y oraciones; de fragantes olores a flores; de coloridos claveles, gladiolos, nardos y rosas... que complementarán efímeros, y al mismo tiempo muy artísticos, Altares donde se exponen las sagradas Imágenes para ser veneradas durante Tríduos, Quinarios y Solemnes Funciones religiosas que culminarán con devotísimos actos de Besamanos o Besapies. Bellos Altares que se levantan entre candelerías y piñas de flores para acercarnos la dulzura de un Cristo crucificado, humillado o flagelado, y la mirada de una Virgen transida de dolor o desconsolada. Hablar de Cuaresma en Puente Genil es hablar de subidas al Calvario los sábados de Cuaresma, de exaltación de la saeta cuartelera, de Cuarteles y Corporaciones bíblicas, de música, de poesía... pero también, y sobre todo, es hablar de Tríduos y Quinarios cofrades, de Cultos, donde se tiene oportunidad de acercarse a las artísticas Imágenes que nos muestran a la vez las expresiones más dulces y los momentos más dolorosos de Cristo y su Madre. |
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Con el año 2000 se llegó al final de una centuria que fue pródiga para la Semana Santa pontanensa ya que en sus últimas décadas hubo un gran desbordamiento de entusiasmo y de afianzamiento en las más genuinas tradiciones, aún después de haber despegado en sus inicios de forma modesta y sencilla y haber sufrido posteriormente las consecuencias de una contienda civil. El pasado siglo alternó épocas de decadencia y esplendor en la Semana Santa y por lo que se puede colegir de publicaciones locales habidas a principios del mismo, así como de documentación, Actas, archivos, etc. la conmemoración de la Semana Santa de Puente Genil debió transcurrir durante los primeros años prácticamente igual o muy similar a como lo hiciera a finales del siglo XIX. Luego, a mediados de siglo, hubo una cierta depresión semanasantera a la que le sucedió, afortunadamente, una creciente y esperanzadora eclosión henchida de entusiasmo al tiempo que revitalizadora de costumbres y tradiciones que fueron tomadas con una desbordante ilusión, produciéndose el gran auge entre 1965 a 1970 y de ahí en adelante. |
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Las Cofradías durante el último tercio del pasado siglo experimentaron un gran auge y fulgor con intenso desarrollo de actividades, ya fueren de participaciones sociales, de encuentros convivenciales, acrecentando Cultos, organizando devotos actos religiosos y culturales, tales como Rosarios de la Aurora, Funciones eucarísticas extraordinarias, Besamanos, etc. Ese esplendor y entusiasmo experimentados en las Cofradías llevó en su florecimiento a crear numerosos talleres de bordados y artesanía y al mismo tiempo hubo una gran fecundación de numerosos poetas, músicos, pintores, tallistas, restauradores, vestidores, floristas, etc. Y toda esa pléyade de artistas del hilo y la aguja, del lienzo y el pincel, de la gubia y la madera, del pentagrama o la rima, con la producción de sus obras han afrontado grandes retos para la Semana Santa, dedicando a sus tareas mucho empeño entre terciopelos, bocetos, tallas, esculturas, restauraciones, palios, partituras, poemas, etc. Las Corporaciones bíblicas, por su parte, colaboraron de manera encomiable durante la pasada centuria al sostenimiento y esplendor de la Semana Santa en Puente Genil. También las Corporaciones pasaron hacia mediados de la anterior centuria tiempos de languidez y decaimiento a los que les seguirían otros pletóricos de vigor que produjeron el resurgimiento y reorganización de muchas de ellas. Todavía permanece indeleble en el recuerdo aquellos años difíciles de mediados de los años cincuenta en los que hermanos de todas las Corporaciones habidas por entonces (no tantas como ahora) hicieron posible, para prez y orgullo de la Semana Santa de Puente Genil, la continuidad de las mismas, de forma modesta, sí, pero deseosos y orgullosos de contribuir a engrandecer nuestra más genuina tradición, hundiendo profundamente sus raíces semanasanteras para que, luego, otras generaciones venideras, las actuales, tomaran la antorcha del relevo, sintiéndose atraídos por el mismo espíritu y la misma ilusión que a ellos les embargó. |
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El último tercio del pasado siglo nos deparó también importantes restauraciones llevadas a cabo sobre las imágenes y los Pasos procesionales de Semana Santa, tales como la de Jesús Nazareno, la de Ntra. Sra. de la Guía, el Cristo del Calvario, el Señor en la Oración del Huerto, el Señor Amarrado a la Columna, la Virgen de los Dolores, el Cristo de las Angustias, la Virgen de la Soledad, el Cristo yacente del Santo Sepulcro, la Virgen de la Amargura, el Resucitado, etc. así como otras imágenes secundarias. Por otra parte el siglo pasado nos deparó la fundación de la Agrupación de Cofradías y Corporaciones bíblicas, la institucionalización del pregón de Semana Santa y del Jueves Lardero, el concurso de carteles, la publicación de una Revista anual, tres Guías de Semana Santa y un CD-ROM, numerosas publicaciones de contenidos poético-musicales, celebraciones de actos religioso-culturales, exposiciones de arte cofrade, etc. En definitiva, durante el siglo XX, pese a haber atravesado años de cierto languidecimiento, se enriqueció notablemente la Semana Santa de Puente Genil, habiéndose ganado en cantidad, en esplendor y en brillantez, extendiéndose además a todas las ramas religioso-artístico-culturales afines a ella, previéndose hoy continúe mucho tiempo aún pletórica de vigor, como genuina seña de identidad y en esa línea ascendente revitalizadora que la hacen justa merecedora del reconocimiento general en Andalucía y toda España. |
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Y cuando llegue la Semana Santa el sol, unas veces en el ocaso, otras en el alba y otras en todo su fulgor, penetrará por callejas, plazuelas y avenidas vistiendo con su luminosidad campanarios y espadañas, acariciando mantos y palios, dando brillo al oro y la plata y despertando lirios y flores. Son sin duda, unos radiantes días de luz y rebosantes de emociones. Puente Genil se convierte por unos días en un nuevo Huerto de Getsemaní, en un nuevo monte Calvario, que se levanta sobre emociones y plegarias, sobre sentimientos y súplicas, y el pueblo entero es como un nuevo Jerusalén en el que por sus calles pasará el Maestro hablando de Humildad y Misericordia, siguiéndole su Madre Santísima, que, como una Estrella, a todos los pontanenses Guía llena de Angustias y Dolores, hablando de Amor, Esperanza y Consuelo, derramando preciosas Lágrimas en su Soledad y Amargura, para culminar los días del Sumo Dolor con la Resurrección de Nuestro Señor. |
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Tríduo en honor a N.P. Jesús Preso. |
Texto y Fotos: José Lorenzo Aires